martes, 12 de agosto de 2008

Literatura en España (III): Renacimiento.




Lo clásico se impone en el renacer cultural europeo: las referencias serán los mitos y las religiones griega y romana. La perfección en las formas junto con la sobriedad serán dos de los rasgos característicos del momento.

Italia es la referencia para Europa: Florencia, Milán, Venecia... aportan una arquitectura, escultura, pintura, literatura... con nombres como Leonardo, Miguel Ángel, Petrarca, Dante... quienes serán a partir de este momento los modelos a imitar.

De las principales características sobresale sobre todo el cambio o giro radical que se impone en la forma de vivir: el teocentrismo se sustituye por el humanismo, es decir el hombre se convertirá en el centro de todas las cosas; el platonismo será la filosofía elegida para empezar a conformar el mundo de este periodo.

Durante los siglos XV y XVI la naturaleza también cobrará importancia, así como el estudio de la anatomía humana, que quedará reflejado en pinturas y esculturas.


El cristianismo se parte y comienzan a surgir ideas nuevas que junto con la imprenta y los viajes, serán puntos fundamentales para que esa preocupación vital se generalice lo suficiente como para que países como España, lo aprovechen y produzcan obras literarias de gran magnitud, tanto religiosas como puramente literarias o filosóficas.

Cuando Navaggiero convence a Boscán de que utilice el verso italiano, el endecasílabo que se utiliza en los sonetos, es aplicado con pureza y perfección por uno de nuestros mayores poetas: Garcilaso de la Vega.

De nuestros ascéticos, Fray Luis de Granada será el principal, y de nuestros religiosos místicos, santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz los que profundicen más en el gozo místico, llamado éxtasis, de la unión humana junto con la divina.

Un ejemplo de poema sería el famoso soneto de Garcilaso, que trata del amor y la idealización de la amada, pero avisándonos del paso del tiempo que todo lo consume y abordando de manera genial el tema del "carpe diem", es decir, aprovecha el momento porque todos acabamos en el mismo sitio, a saber, el patio de las malvas, como dice la gente de Cádiz:


En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente,
honesto
enciende el corazón y lo refrena;

y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena;

coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera,
por no hacer mudanza en su costumbre.

En cuanto a las obras en prosa, el Lazarillo de Tormes, de autoría no muy clara para algunos, narra las miserias de la España del momento y cómo vive un pícaro (un superviviente que ha de trabajar y hacer lo que sea para comer) por las calles de un país como el nuestro en esa época.

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