Una de las historias típicas de Galicia que conforma uno de sus mitos es la tradición de brujería que existe desde antiguo.
Brujas, meigas y sorgiñas proliferaron durante los siglos XV y XVI en Galicia y en el Páis Vasco. Felipe II tuvo que actuar en defensa de la religión cristiana y en concreto, católica.
La bruja es uno de los elementos que se encuentra al margen de la religión oficial católica, ya que su heterodoxia se acerca más a las acciones del maligno o del diablo que a la de Dios y sus ministros católicos.
Acusadas de ritos y magia negra, rituales con animales (gatos, gallos, cabras...) y demás sortilegios que se separaban de la oficialidad religiosa, muchas fueron acusadas y quemadas por miedo a que se expandiera esta creencia como una enfermedad.
La mandrágora, el cannabis o la belladona son algunos de los productos que utilizaban, procurando alucinaciones con bebedizos y pócimas que se bebían en rituales.
Sus reuniones se llamaban sabbats o aquelarres (en vasco, "prado del macho cabrío").
El aguardiente y el azúcar, son los ingredientes básicos de la queimada, bebida que tradicionalmente se toma en reuniones para alejar a los malos espíritus.
Brujas, meigas y sorgiñas proliferaron durante los siglos XV y XVI en Galicia y en el Páis Vasco. Felipe II tuvo que actuar en defensa de la religión cristiana y en concreto, católica.
La bruja es uno de los elementos que se encuentra al margen de la religión oficial católica, ya que su heterodoxia se acerca más a las acciones del maligno o del diablo que a la de Dios y sus ministros católicos.
Acusadas de ritos y magia negra, rituales con animales (gatos, gallos, cabras...) y demás sortilegios que se separaban de la oficialidad religiosa, muchas fueron acusadas y quemadas por miedo a que se expandiera esta creencia como una enfermedad.
Como siempre, el papel de la mujer es fundamental y a ella van dirigidas las furias de la Iglesia.
La mandrágora, el cannabis o la belladona son algunos de los productos que utilizaban, procurando alucinaciones con bebedizos y pócimas que se bebían en rituales.
Sus reuniones se llamaban sabbats o aquelarres (en vasco, "prado del macho cabrío").
El aguardiente y el azúcar, son los ingredientes básicos de la queimada, bebida que tradicionalmente se toma en reuniones para alejar a los malos espíritus.
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