sábado, 26 de abril de 2008

Frente al calor: gazpacho, salmorejo y ajoblanco.



Son tres sopas frías que normalmente se consumen en verano, para calmar la sed. La historia dice que el "gazpacho del labrador" puede ser el origen de este plato típico andaluz. Los trabajadores del campo mezclaban el tomate con otras verduras para soportar un duro día laboral.


El gazpacho se elabora con ajo, pan, agua, vinagre y sal como elementos básicos. Uno de los más comunes es el de tomate, que puede llevar pepino y pimiento.


Pero hay variantes como el salmorejo, que en Córdoba es muy popular que lleva tropezones, es decir, verduras picadas que acompañan a la sopa, así como un poco de jamón y huevo.


Otra opción, el ajoblanco, de Granada y Málaga, se compone también de almendras molidas, lo que le da un sabor diferente y característico al gusto que tiene normalmente el de tomate.


En verano, en Andalucía se consumen gazpachos como primer plato que calma la sed y proporciona una equilibrada primera toma de contacto con la comida: el ajo, con múltiples beneficios para el cuerpo y las verduras mezcladas hacen de este plato y sus variantes, uno de nuestros atractivos culinarios tanto para extranjeros como para gente que no viva en Andalucía.

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